Poco antes de morir, víctima del odio de los hombres, Jesús anuncia a los suyos: Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, por eso el mundo os odia.
Pero… ¿y si no nos odia? ¿No será ésa la señal de que hemos perdido definitivamente el camino?
Quienes afirman que el mundo quiere acabar con la Iglesia se equivocan. El mundo no quiere acabar con la Iglesia, porque ha aprendido que la Iglesia es más fecunda cuando es más perseguida. Lo que quiere el mundo es una iglesia que no moleste, que no le denuncie su pecado, que se recluya en los templos para orar y sólo salga de ellos para realizar labores sociales. A esa iglesia el mundo la ama, e incluso está dispuesto a premiarla con alabanzas… Siempre y cuando no se empeñe en gritar la verdad.
Al mundo no le molesta que recemos, ni que asistamos a los pobres. Le molesta que hablemos de Cristo a quienes no lo conocen. Por eso, si el mundo no nos odia… Termina tú la frase.
(TP05S)