La Resurrección del Señor

Tiempo Ordinario (ciclo par) – Espiritualidad digital

Un decreto misterioso

Es un decreto misterioso: Dejadlos crecer juntos hasta la siega. En virtud de esta divina disposición, Dios permite que convivan, en el mundo, el trigo y la cizaña, el bien y el mal, la pureza y la inmundicia.

Más aún, dentro de nosotros, en virtud de ese decreto, se mezclan también trigo y cizaña. Padre, no sé si esta obra buena la hago por Dios o porque me siento bien. Por las dos cosas, hijo, por las dos cosas.

Trigo y cizaña se mezclan en nuestras obras, y diez minutos después de salir de Misa ya hemos pecado. Se mezclan, también, en nuestros pensamientos, que, tras elevarse a las alturas del cielo, se encuentran hozando en las miserias terrenas. En nuestros sentimientos conviven el amor a Dios con el rencor y la envidia… Tratamos, cada día, de purificarnos, de vivir del trigo y soportar pacientemente la cizaña sin permitir que invada nuestra voluntad, pero… ¿llegaremos a vencer totalmente al pecado antes de morir?

Hay un lugar, en lo más profundo del alma en gracia, donde todo es trigo. Allí se ha realizado ya la limpieza final, y sólo Cristo reina. Pero pocos alcanzan a entrar en ese lugar. Bienaventurados ellos.

(TOP16S)

¿Una pérdida de tiempo?

El sembrador siembra la semilla, pero sólo una de cada cuatro da fruto. Una parte cayó al borde del camino… Otra parte cayó en terreno pedregoso… Otra cayó entre abrojos… Otra cayó en tierra buena y dio fruto.

Si ya sabe el sembrador que allí no germinará, ¿Por qué desperdicia las otras tres? ¿Por qué no sembrar tan sólo en tierra buena?

¿Por qué elegiste a Judas, si sabías que te iba a traicionar? ¿Por qué tanto esfuerzo en hablar con los fariseos, si sabías que no te harían caso? ¿Por qué amaste al joven rico, si sabías que se daría la vuelta?

¿Por qué voy a hablar de Dios a esta persona, si se burlará? ¿Por qué seguir entregando mi tiempo a éstos, si me desprecian? ¿Por qué enseñar a quien jamás va a aprender?

Creo que van ocho preguntas. Y podrían ser ochenta. Da lo mismo, todas tienen la misma respuesta:

Porque Tú eres generoso y siembras a voleo. Porque das siempre una oportunidad a las almas para que se conviertan. Porque amas también el borde del camino, el terreno pedregoso y la tierra poblada de abrojos. Porque nadie debe decir que Dios no le tendió la mano.

(TOP16X)

El Evangelio y los westerns

¿Quién sigue viendo películas del Oeste? El que el cine en blanco y negro y los westerns sean perfectos desconocidos para los jóvenes de hoy es señal de su empobrecimiento cultural. Como si Beyoncé hubiera relegado a Mozart al olvido.

En los westerns, el predicador suele ser un tipo bastante estúpido. Entra en el saloon anunciando el infierno a los pecadores esclavos de la botella, y después toma el té con la refinada y ricachona benefactora de la congregación. Nada que ver con lo que se espera de quien proclama la palabra de Dios.

La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Jesús era todo lo contrario. Comía y bebía con publicanos y pecadores, fue acusado de comilón y borracho. Veía en ellos a la caña cascada, y trató a las meretrices con la delicadeza con que se trata a las princesas. Con el suave ungüento de su misericordia, recuperó para Dios a muchas almas perdidas.

Sin embargo, fue duro con los escribas y fariseos, quienes debían ser pilares donde se apoyaran otros y eran, sin embargo, piedra de escándalo.

Suave con los de lejos, duro con los de cerca… No hubiera cabido en un western.

(TOP15S)

Pueblo sacerdotal

A aquellos fariseos, que acusaban a los discípulos de violar el sábado, debieron escandalizarles las palabras de Señor.

Comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino solo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?

Cristo siempre escandaliza a los puritanos. No se conforma con defender a los suyos. Da un paso más y lleva hasta el escándalo la indignación de los fariseos, al equiparar a sus discípulos con los sacerdotes, condición reservada a la tribu de Leví.

Pero, en Cristo, el sacerdocio antiguo ha saltado por los aires. Él ha inaugurado un nuevo sacerdocio, del que todo bautizado es partícipe. Somos pueblo sacerdotal.

Los sacerdotes ordenados somos configurados con Cristo Cabeza, pero también el cuerpo, unido a la cabeza en el altar, desempeña el sacerdocio de Jesús. Vosotros lo ejercéis en cada misa, llevando al altar vuestras vidas, y cada mañana, cuando hacéis el ofrecimiento de obras.

Por eso coméis del pan de vida, por eso os sentís en casa en el templo, por eso sois transformados en ofrenda permanente.

(TOP15V)

«Me da pereza»

Podríamos pensar que lo propio de Dios es decir al hombre: «Obedéceme». Pero si Dios dice: Venid a mí, es como si quisiera darte un abrazo, es sorprendente. Desea acortar distancias y unirse al hombre. A la oración vamos a amar y ser amados.

Quien dice «me da pereza rezar» no conoce a Cristo. No sé si engañado por la serpiente que quiso presentar ante Eva a un dios malo, o engañado por su propia ignorancia, cree en un dios que cansa. Nadie dice «me da pereza echarme la siesta».

Lo que cansa es lo que da pereza. Pero un dios que cansa no es el Dios verdadero. Dios descansa. Ya estaba escrito que la Ley del Señor es descanso del alma (Sal 18, 8). Y hoy dice Jesús:

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré… Encontraréis descanso para vuestras almas.

Vivir puede llegar a dar pereza, rezar no da pereza. Rezar descansa. Aunque, para que así sea, necesitas el silencio. Si estás mirando mensajes en el móvil mientras rezas, o estás dando vueltas a tus preocupaciones, no descansarás. Mientras rezas, debes mirar sólo a Dios, y reposar en Él todas tus inquietudes.

(TOP15J)

Si no fue Churchill, alguien lo dijo

Con santa Teresa sucede como con Churchill: se le atribuyen frases que uno no encuentra en ningún sitio, y que también se atribuyen a otros. No sé si es verdad que dijo de unas monjas que eran «castas como ángeles y soberbias como demonios», pero lo cierto es que la frase está bien traída.

Porque, por desgracia, la soberbia es perfectamente compatible con la piedad y la castidad. A Cristo lo enviaron a la Cruz soberbios que rezaban. Quizá por eso san Agustín (otro como Churchill) «dijo» que lo más importante para ser santo eran tres cosas: la primera, humildad; la segunda, humildad; y la tercera, humildad.

Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Entre ayer y hoy, tenemos una resonancia magnética del corazón de Cristo. Ayer sufría por la «piadosa soberbia» de Cafarnaúm, y hoy se alegra por la humildad y sencillez de los apóstoles. Jesús sufre cuando los corazones se endurecen, y goza cuando son humildes y permiten actuar a Dios.

Mirad que vuestra piedad no sea helio que os hinche como un globo. Y, para ello, jamás perdáis de vista la Cruz.

(TOP15X)

Preguntas necesarias

Se queja Jesús de que las ciudades donde más milagros realizó no se han convertido: Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido.

Se me ocurre pensar: «Y eso que aquellos hombres no pudieron comulgar. Yo comulgo todos los días, en mí ha realizado el Señor muchos más milagros que en Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm. Y, sin embargo…»

Podría pensar que todo va bien, que estoy convertido aunque meta la pata de vez en cuando, que tampoco es para tanto. Pero creo que lo mismo pensaban los pobladores de aquellas ciudades. Entonces me echo a temblar.

Más me vale detenerme y revisar mi vida. Debo considerar qué camino debo dejar y qué camino debo tomar. Porque, aunque recorra mi camino rezando, quizá ese camino no me lleve a Dios, sino a mí mismo. ¿Estoy seguro de estar entregando mi vida a Aquél que amo? ¿O, simplemente, la vivo a su lado?

Lo malo es no hacerse esas preguntas. Porque, si las hago cada noche, quizá tenga que corregir tan sólo pequeñas desviaciones. Pero si me confío y dejo de examinarme, pudiera ser que me diese cuenta demasiado tarde.

(TOP15M)

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