Evangelio 2025

20 julio, 2024 – Espiritualidad digital

Le han robado a Cristo las ovejas

Si, en los años 80 del pasado siglo, nos hubieran transportado en el tiempo a nuestros días, y hubiéramos visto a hombres y mujeres caminando con una pantalla en las manos, ¿qué hubiéramos pensado? Hubiéramos imaginado una película de ciencia ficción. Pero es verdad.

Vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor. ¿Cómo están las ovejas sin pastor? Dispersas, hasta que llega un ladrón y se las lleva. Así está Occidente: se apartó del Pastor, y ha sido secuestrado por el ladrón, que las apacienta a través de la pantalla.

Nos dicen qué tenemos que hacer, qué debemos pensar y qué debemos comprar. La tiranía del pensamiento único ha convertido a Occidente en un rebaño de monos evolucionados con conexión a Internet al servicio de intereses inconfesables.

Sólo Cristo, el buen Pastor, nos puede volver a hacer personas; sólo Él nos puede devolver la dignidad de hijos de Dios. Sólo Él da su vida por las ovejas.

Seguidlo a Él. Prestad más atención al Evangelio que a Instagram; al sacerdote que al periodista; a la doctrina de Jesús que a la del mundo. No sigáis viviendo como esclavos, volved a ser hijos.

(TOB16)

El Evangelio y los westerns

¿Quién sigue viendo películas del Oeste? El que el cine en blanco y negro y los westerns sean perfectos desconocidos para los jóvenes de hoy es señal de su empobrecimiento cultural. Como si Beyoncé hubiera relegado a Mozart al olvido.

En los westerns, el predicador suele ser un tipo bastante estúpido. Entra en el saloon anunciando el infierno a los pecadores esclavos de la botella, y después toma el té con la refinada y ricachona benefactora de la congregación. Nada que ver con lo que se espera de quien proclama la palabra de Dios.

La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Jesús era todo lo contrario. Comía y bebía con publicanos y pecadores, fue acusado de comilón y borracho. Veía en ellos a la caña cascada, y trató a las meretrices con la delicadeza con que se trata a las princesas. Con el suave ungüento de su misericordia, recuperó para Dios a muchas almas perdidas.

Sin embargo, fue duro con los escribas y fariseos, quienes debían ser pilares donde se apoyaran otros y eran, sin embargo, piedra de escándalo.

Suave con los de lejos, duro con los de cerca… No hubiera cabido en un western.

(TOP15S)

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