Evangelio 2025

Espiritualidad digital – Brevísima homilía diaria, por José-Fernando Rey Ballesteros

ESPIRITUALIDAD DIGITAL

Los verdaderos novios en las bodas de Caná

Estos breves comentarios no quieren ser clases de teología, pero vendrá bien apuntar hoy que la Virgen es llamada esposa de Cristo. Y que los verdaderos esposos, en las bodas de Caná, son Cristo y María. Para entenderlo basta con superponer la escena en el retablo de la Pasión.

Diréis que la esposa de Cristo es la Iglesia. Pero, en la Cruz, la Iglesia era María. Ella recoge la sangre redentora de Jesús y da a luz al primer cristiano, Juan, llamado allí mismo hijo suyo. Ella es cónyuge de Cristo, porque en el Calvario se unce al mismo yugo suave de su Hijo.

No tienen vino, dice la madre. Les falta tu sangre, el vino nuevo. No ha llegado mi hora, responde el Hijo. En el Calvario habrá llegado la hora. Haced lo que él os diga, dice la Virgen a los sirvientes. Haced lo que él os diga, nos dice, junto a la Cruz, a quienes allí nacemos a una vida nueva como hijos de Dios y de María.

Has guardado el vino bueno hasta ahora, dice el mayordomo al esposo. Y así dice la Virgen mientras recoge la sangre del costado y la distribuye entre sus hijos.

(TOC02)

Quien no es humilde es porque no quiere

Para las grandes tareas se elige a los grandes hombres. Cualquiera puede romper un plato, pero pocos pueden levantar una catedral. Para eso hace falta trabajo, preparación y talento.

¿Por qué come con publicanos y pecadores? Se lo preguntaban los fariseos, porque Cristo ha roto todos los pronósticos. Para edificar su iglesia ha elegido a torpes, pecadores y publicanos.

No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. A mí no me ha elegido el Señor porque fuera bueno, o listo, o guapo. Me ha elegido, en primer lugar, porque me amaba. Y, en segundo lugar, porque estaba enfermo, porque era un pecador y quería redimirme.

Dice un amigo mío que quien no es humilde es porque no quiere. Tiene toda la razón. Basta con mirar la tremenda desproporción entre nuestro pobre barro y la tarea divina que el Señor nos ha encomendado a cada uno. Hay que ser muy estúpido para engreírse.

¿Crees que estoy hablando sólo de mí? A ti te ha elegido Cristo para llenar el mundo con el Amor de Dios. Y –no te me ofendas– eres torpe, enfermo y pecador. Póstrate ante Él, y Él actuará.

(TOI01S)

De Cafarnaún al Calvario

Cada vez me sorprende más cómo toda la Escritura, del primero al último versículo, tiene su centro y su sentido en Cristo, y cómo toda la vida de Cristo se consuma en la Cruz. Cualquier palabra de la Biblia llega a plenitud en el Calvario, y cualquier palabra pronunciada por Cristo alcanza su significado más sublime si la llevamos al Gólgota.

Hijo, tus pecados te son perdonados. Estas palabras se las dice Jesús a un paralítico en Cafarnaún. Pero, llevadas al Calvario, y escuchadas en intimidad de Amor con el Crucificado, hacen que el alma se estremezca.

«Hijo», así te llama. Y entiendes que, en ese momento, estás naciendo de su costado como nace un niño del vientre materno. Tu vida nueva comienza allí.

«Tus pecados te son perdonados»… Y te dejas bañar por el agua y la sangre, y recibes, como por vez primera, ese Bautismo que limpia tu alma y la convierte en templo. Y le dices: «Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido».

Entonces sabes que te han creado en el Calvario, y que perteneces a Cristo.

(TOI01V)

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Verás a Dios

Al menos durante esta semana, deberíamos seguir considerando y agradeciendo el don sagrado del Bautismo. Y la gracia de Dios que trae al alma, y la limpieza interior que procura.

Quiero: queda limpio. A ser tocada por las manos de Jesús, la piel de aquel enfermo, podrida hasta entonces por la lepra, quedó limpia y rejuvenecida. Cuánto más el alma ennegrecida por el pecado, al ser tocada por la gracia bautismal, es sanada, blanqueada y convertida en templo de la gloria de Dios.

Y, si al leproso le dijo Jesús: Queda limpio, a ti te dice: «Consérvate limpio». Te lo repite cada vez que, en el sacramento de la Penitencia, renueva en tu alma la gracia bautismal.

De todas las bienaventuranzas, me gusta especialmente la referida a los limpios de corazón, porque de ellos dice Jesús que verán a Dios. Y ver a Dios es la dicha suprema para el hombre. Por eso, no permitas que ninguna intención torcida, que ningún pensamiento sucio o egoísta empañe esa limpieza del alma. Y procura confesar con frecuencia, aunque no haya pecados graves, para que nada enturbie la claridad de tu fe. Así, no sólo verás a Dios: le mirarás a los ojos.

(TOI01J)

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Hay Alguien que quiere verte

¿Tú has estado con el Papa? Yo no. Estuve con san Juan Pablo II, y apenas puede hablar con él durante unos segundos. De ese encuentro quedan, como testimonios, unas fotografías y una huella en el corazón. Pero no es fácil estar con el Papa. Somos muchísimos, y él sólo es uno. Tocamos a muy poquito.

Todo el mundo te busca… Vámonos a otra parte. Tampoco era fácil estar con Jesús. Muchos querían estar junto a Él, y Él era sólo uno. Tocaban a poquísimo. ¡Cuántos se quedarían sin verlo, a pesar de intentarlo! ¡Y cuántos se quejarían del poco tiempo que les dedicaba!

Ahora, sin embargo, estar con Jesús es sencillísimo. Basta con que te acerques a la iglesia y, allí, en el sagrario, te está esperando el Señor. Lo tienes todo para ti. Si quieres estar una hora entera con él cada día, puedes hacerlo.

Lo triste sería que ahora fuese el Señor quien se quejase de lo difícil que es estar contigo. Y del poco tiempo que le dedicas, a pesar de que Él está disponible. ¿Imaginas que tuviera que conformarse con mirar una foto de la última vez que te arrodillaste ante un sagrario? ¡Qué paradoja!

(TOI01X)

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La batuta de Dios

Los biógrafos de san Francisco de Asís cuentan cómo la creación entera parecía postrarse ante la humilde figura del santo. El lobo se arrodillaba, el fuego renunciaba a producirle dolor mientras el cauterio abrasaba sus mejillas, y hasta Inocencio III, el papa más poderoso de la Historia, se postró ante él… ¿Cómo es posible que un hombre tan pequeño tuviera semejante autoridad?

Cuando era niño, quedaba extasiado ante el televisor contemplado «El mundo de la música», un programa en que el director de orquesta Enrique García Asensio entregaba su batuta a un chiquillo para que dirigiera a los músicos. Y yo me moría de ganas de estar allí, de tener esa batuta y dirigir la orquesta, pero nunca pude hacerlo. Hasta que, ya mayor, la presentadora del programa, la encantadora Ángeles Morales, a quien tuve el privilegio de conocer, me regaló esa batuta que sigue expuesta, como un trofeo, en el salón de mi casa.

¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos. Creo que el santo es, por su docilidad a la gracia, la batuta de Dios. Y que la Creación entera se postra ante Cristo cuando la batuta del Director obedece.

(TOI01M)

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Hora de levantarse

La Navidad terminó ayer. Y, hasta ayer, ese Jesús que contemplábamos recostado en un pesebre parecía decirnos: «Venid a mí». «Venite, adoremus»… Y fuimos, junto a los pastores y los Magos, a postrarnos ante Él para rendirle el homenaje de nuestra adoración.

Hoy comienza el Tiempo Ordinario. Y el mismo Jesús, ya crecido, bautizado por Juan en el Jordán, se ha puesto en pie, ha comenzado su vida pública y nos dice: Venid en pos de mí. Deberemos levantarnos nosotros también y encaminar nuestros pasos en pos de los suyos.

Realmente, todo esto no es sino la historia de un día normal en la vida del cristiano. Comienzas el día y Jesús te dice: «Ven a mí». Te recoges en oración, acudes –si puedes– al sagrario y comienzas la jornada postrado ante su presencia, llenándote de Dios y del gozo de su Amor. Pero de poco provecho te sería esa oración si, después, no te levantas y caminas en pos de Él hacia la Cruz, porque hay que entregar la vida y el día que ha comenzado es parte de esa vida.

Luego, desde el Calvario, Jesús volverá a decirte: «ven a mí». Y descansarás en paz recostado en Él.

(TOI01L)

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