La Resurrección del Señor

Espiritualidad digital – Página 2 – Brevísima homilía diaria, por José-Fernando Rey Ballesteros

ESPIRITUALIDAD DIGITAL

De cómo el amor paga la calefacción

Por mucho dinero que aportaran al tesoro del templo, el Señor se queja de la ofrenda de aquellos ricos: Han contribuido a los donativos con lo que les sobra (os confesaré que me hace gracia; muchos párrocos, que tenemos que sacar adelante económicamente nuestras parroquias, estaríamos encantados con lo que les sobra a muchos ricos, aunque la ofrenda sea de poco provecho para sus almas; lo que a ellos no les basta para alcanzar el cielo nos basta a nosotros para pagar la calefacción).

Cerrado el paréntesis, prosigamos: Hay algo mejor que dar a Dios de lo que sobra. Algunos dan a Dios lo mejor que tienen. Podría decirse que es la ofrenda de Abel, y esa ofrenda alcanza el cielo.

Pero Cristo ha inaugurado una ofrenda aún mejor. Él se ha entregado a Sí mismo. Más que dar a Dios lo que sobra, más que darle lo mejor que uno tiene, es dárselo todo. Quien ama no se conforma con dar; se da a sí mismo.

Ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir. Lo mejor de todo: Cuando te has entregado a Dios por completo, Él se encarga de la factura de la calefacción.

(TOP34L)

Desde la entraña misma de la Humanidad

El 11 de diciembre de 1925, Pío XI publicó la encíclica «Quas Primas», en la que instauraba la solemnidad de Jesucristo, rey del Universo. Nazismo y comunismo arraigaban con cada vez más vigor en la Europa secularizada de entreguerras. Fue entonces cuando el Papa alzó su voz: Queremos que Cristo reine.

Mi reino no es de este mundo. La ambición de la Iglesia es más poderosa que cualquier ideología:

Queremos introducir a Cristo en la entraña de la Humanidad, en los corazones mismos de los hombres. No queremos incrementar las páginas de religión en los periódicos; queremos periodistas cristianos en todos los medios. No queremos formar partidos políticos católicos; queremos católicos en los partidos políticos. No queremos retirarnos a vivir a colonias cristianas; queremos cristianos en todas las comunidades de vecinos. No queremos más blogs de religión; queremos cristianos haciendo blogs de política, cocina, moda, deporte… No queremos más empresas de artículos religiosos; queremos empresarios católicos en todos los sectores del mercado.

Ésa es la ambición de la Iglesia. Ésa debe ser la ambición del cristiano. La de la levadura en la masa. Queremos que ese reino que no es de este mundo transforme este mundo desde su misma entraña.

(XTOREYB)

Mi pueblo huele a pan por la mañana

Es sábado. Estamos, con María, junto al sepulcro del Salvador. Mañana estallará la solemnidad de Cristo Rey. Por eso hoy, frente al cuerpo sin vida de Jesús, meditamos sobre la resurrección. La hora más oscura de la noche es la que precede al alba. Esperanza.

Mi pueblo huele a pan por la mañana. Cuando salgo de casa para orar aún es de noche. Pero la Tahona ya ha abierto. Y, más arriba, la panadería de Vicente. El olor a pan lo empapa todo. Por eso sabes que amanecerá, porque están preparando el desayuno. Despierta el hambre, pero mejor rezar primero. Con la tranquilidad que da el saber que las sombras serán vencidas y el pan llegará a la mesa.

No. Las tinieblas no tienen la última palabra. Entro en la iglesia, y sigue oliendo a Pan. Este olor lo capta el alma, es olor de Pan de vida que brota del horno del sagrario. ¡Qué bien se está aquí! Lo miro, lo huelo, me enamoro. Y sé que, dentro de poco, lo devoraré. Y la luz lo llenará todo.

No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos. Por eso lo llamaste «Pan de vida».

(TOP33S)

El silencio interior

Comía hace poco con un sacerdote, hermano y amigo. Y, a mitad de la comida, se me quedó mirando y me dijo: «Fernando, necesito silencio. Lo necesito más que nunca». ¡Qué bien le comprendí! A mí me sucede exactamente lo mismo. Necesitamos silencio, no para esquivar ruidos ni molestias, sino para escuchar a Dios. Cuando eres niño y te enseñan a rezar, te dicen que rezar es hablar con Dios. Pero, conforme pasan los años y te adentras en la vida espiritual, te das cuenta de que lo mejor de la oración es escuchar a Dios. Y esa escucha requiere silencio.

Escrito está: «Mi casa será casa de oración»; pero vosotros la habéis hecho una «cueva de bandidos». A mi amigo tan sólo le respondí que a mí me ocurre lo mismo. Pero, cuando se marchó, me quedé pensándolo. Y me di cuenta de que los sacerdotes seculares –como vosotros, los laicos– no podemos apagar el ruido del mundo, salvo cuando hacemos ejercicios y en nuestros momentos de oración. El resto del tiempo necesitamos crear silencio interior, expulsar del alma pensamientos vanos y preocupaciones inútiles y pasar el día, mientras atendemos a unos y a otros, pendientes de él, escuchándolo.

(TOP33V)

El culto que Dios quiere

Rezar no siempre es rendir culto. Cuando, desde nuestra pobreza, oramos para pedir favores al cielo, estamos implorando, pero no rendimos culto. Rendimos culto cuando, como en la santa Misa, nos ofrecemos a Dios. Cristo rindió en la Cruz el culto supremo al Padre, y a ese culto incorporamos nuestras ofrendas.

Cuando la Virgen, según nos cuenta la tradición, con apenas tres años de edad se presentó en el templo y se consagró a Dios, ofreció un culto limpísimo, que fue consumado en el Calvario, junto a la Cruz de su Hijo.

Volvamos de nuevo la mirada al santo sacrificio de la Misa. Allí se hace realmente presente la ofrenda del Gólgota; allí estamos, junto a la Virgen, al pie de la Cruz de Cristo. Y allí, sobre el altar, ofrecemos nuestro culto.

Ten presente a la Virgen durante la Misa. Y, al llegar el momento de la presentación de ofrendas, entrégale tu vida («te ofrezco en este día, alma, vida y corazón») para que ella la suba al altar. Así, cuando Cristo descienda a la patena y al cáliz, junto a la vida de su madre recogerá también la tuya, y ambos, junto a Él, quedaréis consagrados a Dios.

(2111)

Una fortuna en mis manos

Mucha gente se equivoca con la parábola de las minas. Lees que el noble llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, y te imaginas a los siervos montados en un range rover y viajando de mina en mina con el cedazo, tratando de sacar oro del agua. Pero no. Resulta que la mina, en tiempos de Jesús, era una moneda que equivalía a, más o menos, tres meses de salario. Tomando como base el salario mínimo, unos 3.500 € por mina de oro. Pero centrémonos en lo importante, que se me va el espacio:

Cristo ha puesto oro en mi alma. Lo dejó allí el día de mi bautismo, lo incrementa en cada comunión y en cada absolución. Es una fortuna. Y no me la ha dejado para que me quede mirándola, ni para que me la cuelgue al cuello en una medalla, sino para que negocie y la multiplique.

Las semillas dan fruto sembrándolas en tierra; el oro da fruto haciendo negocios, tratando con la gente, en el «cuerpo a cuerpo». No puedo quedarme en casa, ni en el templo. Tengo que tratar a mucha gente, tengo que contagiar mi fe a los demás.

(TOP33X)

Ojalá te conviertas de verdad

Si te sientes llamado a la conversión, te has encontrado con Cristo y quieres que te acompañe en el camino de tu vida, hay algo sobre Él que debes saber: A Cristo no se le puede tener esperando a las puertas hasta que te apetezca abrirle. Cristo quiere entrar e invadirlo todo. No basta decir: «Le dedicaré un rato cada día y unas monedas como limosna». Jesús no se conforma con una parte, aunque sea el 99%. Quiere ser Señor. Es el Señor.

Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor: «Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».

Si dejas entrar a Cristo en tu vida, te sucederá como a Zaqueo: ya no querrás nada más, lo que hasta ahora eran tus riquezas te sobrará. Mira con qué alegría se desprende del dinero que había sido su tesoro. No dice, como el burgués: «Todo lo que tengo y, además, Cristo». Mas bien dice: «Sólo Cristo, y me sobra lo demás».

¿De verdad quieres convertirte? ¡Ojalá te conviertas de verdad!

(TOP33M)

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