Una maravillosa pérdida de tiempo

Está claro que los invitados al banquete de la parábola eran gente con «posibles». Se nota por las excusas: He comprado un campo… He comprado cinco yuntas de bueyes… Y luego está el que dice: Me acabo de casar. Ése estaba todavía en el banquete de bodas poniéndose ciego con el solomillo y el Rioja.

Por eso dice el Señor que más fácilmente entrará un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos. Porque los ricos tienen siempre mucho que hacer. Tienen tanto que hacer en la tierra que no encuentran tiempo para el cielo. En el fondo, el culto a Dios les parece una pérdida de tiempo. Y la gente con «posibles» no puede permitirse perder el tiempo. Por eso los pobres son tan pobres: porque hasta el tiempo lo pierden.

Tú no seas tan rico; no tengas tanto que hacer. Lo mejor de la vida es perder el tiempo con Dios. Lo pierdes porque lo entregas; porque renuncias a pensar que es tuyo y que ya decidirás si le haces a Dios un hueco en tu agenda.

Tú pierde el tiempo con Dios, y Él te hará habitar la eternidad.

(TOI31M)