Hasta que el cajón revienta

Hoy me dirigiré especialmente a los casados, aunque lo que escribiré sirve también para los demás. En ocasiones venís a confesaros de haber discutido con vuestro cónyuge y haber pronunciado palabras hirientes. Entonces el sacerdote os pregunta: «¿Le has pedido perdón a tu marido, o a tu mujer?». Y, muchas veces, la respuesta es «no», o «no hace falta, ya se nos ha pasado». Hmmm…

Mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él. Muchas veces, el cónyuge es también adversario, y surge el enfrentamiento. Tras la discusión, estáis un tiempo (largo o corto) sin hablaros. Y, después, hacéis «como que no ha pasado nada», y pensáis que os habéis reconciliado. Pero no siempre es verdad, no os engañéis. Simplemente, habéis guardado el episodio en el fondo de un cajón, y un día lo encontraréis allí. Hacer «como que no ha pasado nada» cuando ha pasado es vivir una mentira.

Sé que cuesta. Pero, igual que vienes a pedir perdón a Dios, acércate humildemente a tu cónyuge y dile: «Perdóname, lo siento, no debí hablarte así». Así se curan las heridas. Llenando de agravios los cajones sólo se amontonan.

(TOI29V)