Ángeles con pañales

En muchísimas iglesias y oratorios, comenzando por la Capilla Sixtina, los ángeles están representados como niños. A veces, incluso, adoptan posturas juguetonas, ríen, y no llevan encima más vestido que una tela a modo de pañal. Es casi irreverente, pero no nos lo parece. Son ángeles simpáticos, suscitan ternura.

Cuando miramos esos ángeles niños, ¿los vemos, a causa de su aspecto, como seres inferiores a nosotros? ¡De ningún modo! A mí no se me ocurriría llamar «monín» a un ángel con pañales. Antes me postro a sus… piececitos.

Porque el arte, cuando es bueno, habla por sí solo. Todos nos damos cuenta de que ese aspecto infantil, en ellos, no significa ignorancia, sino sencillez.

En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Esta frase de Jesús lo explica todo. La sencillez del ángel es la cualidad que le permite ver a Dios, sencillez suma: ellos están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial. Porque esa sencillez es limpieza de espíritu, mirada inocente y clara que atisba la faz del Altísimo.

En esta fiesta de los ángeles custodios, pídele al tuyo esa sencillez.

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