Un Padrenuestro que dure todo el día

Hace cosa de treinta y cinco años que la Iglesia modificó la versión castellana del Padrenuestro. Os sorprendería la cantidad de personas que siguen rezando la versión antigua, son incapaces de cambiarla. Se trata, lógicamente, de personas mayores, también me sorprendía de pequeño que mi abuela siguiera diciendo «venga a nos el tu reino». Lo tienen tan incrustado en el alma, han rezado tantos padrenuestros con esas palabras, que no hay quien se lo extirpe. He estado llevando durante meses la comunión a una ancianita que apenas podía hablar, no lograba enlazar las palabras. Pero el padrenuestro lo recitaba de corrido… a la antigua.

Seguro que, si hiciéramos una encuesta, veríamos que el Padrenuestro es la oración más rezada por los cristianos. Pero eso tiene sus peligros: de tanto rezarlo, podríamos olvidarnos de lo que decimos.

Cuando oréis, decid: «Padre»… De vez en cuando, conviene que refresques tu Padrenuestro. Dedica un tiempo largo de oración a meditar sus palabras, de una en una. Incluso podrías rezar un Padrenuestro que te llevase todo el día. Dices «Padre» al despertar y, conforme avanza el día, aunque estés trabajando, vas meditando las demás palabras hasta que concluyas la jornada con un sereno «Amén».

(TOI27X)