Tú que has venido a llamar a los pecadores

vocaciónSi hay algo que pueda impedirnos entrar en el cielo, ese algo, tenedlo por seguro, no son nuestros pecados. Cada vez que, al comienzo de la Misa, el sacerdote aclama: «Tú que has venido a llamar a los pecadores, Señor, te piedad», deberíamos recordarlo. Por si fuera poco, también hoy nos lo recuerda el Señor: No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Nuestros pecados no espantan al Señor; al contrario, lo mueven a misericordia, lo cual no quiere decir que debamos pecar para alcanzar perdón. Dios odia el pecado, que taladra el corazón de su Hijo en la Cruz. Pero los pecadores siempre hallamos, en ese Hijo, Amor y misericordia. Cristo te ama como eres, también cuando lo has traicionado. Si lo miras entonces, lo verás sonriente, con sus brazos abiertos para ti.

¿Sabes lo que puede impedirte entrar en el cielo? La tibieza, el desamor, la dureza de corazón que te lleva a pactar con tus pecados y a cometerlos frívolamente, sin dolor ni arrepentimiento. Porque, a quien ama, el pecado le duele, le lleva a la confesión y a la lucha. Pero, a quien no ama, ¿quién podrá redimirlo, si no quiere acoger la misericordia?

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“Evangelio