La Resurrección del Señor

Solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo – Espiritualidad digital

Consumidos por el Fuego

Cuando Pedro exclamó: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, no sabía lo que decía. Al menos, no en toda su profundidad. A lo largo de los siglos, la Iglesia, asistida por el Espíritu, ha ido profundizando en las Escrituras y extrayendo sabiduría de ese manantial. Ni Pedro ni Pablo habían leído a santa Teresa, ni a santo Tomás. Sin embargo, ellos habían tocado el Misterio. Y, arrollados por la fuerza impresionante de aquella primera detonación, se consumieron en el anuncio del Evangelio hasta dar la vida.

Nosotros hemos leído a santo Tomás. Sabemos más que ellos… pero nos hemos sentado. Nos falta celo, nos falta pasión, nos falta fe. Desde que nos hicimos ricos, mucha gente acude al templo a relajarse, no a encenderse. A algunos no les gusta que la predicación los alborote, por qué gritará ese cura, qué le pasa.

Me he acordado de san Francisco Javier, cuando decía que quisiera ir a La Sorbona y sacar de allí a tantos estudiosos para que anunciaran el Evangelio a los pobres. Así imagino a Pedro y Pablo: entrando en nuestros templos y alborotando a los cristianos para que se levanten y alumbren de nuevo el mundo.

(2906)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad