La baguette de la discordia
Trece en la barca y un panecillo. Para colmo, se dan cuenta cuando están en mitad del Lago. ¿A quién le tocaba ir hoy al Mercadona? A Felipe. A mí no, le tocaba a Andrés. Anda, es verdad, me tocaba a mí, se me olvidó. Pues, por tu culpa, hoy nos vamos a repartir las migas de esto, mira lo que tenemos. Jesús calla y ríe por dentro. Menuda tropa.
Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes.
Y ellos creen que les está prohibiendo comprar el pan en el Ahorramás de Betsaida, propiedad de un fariseo. Y siguen discutiendo entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes.
Ya lo veis: Mientras a Jesús le preocupa que los corazones de los suyos no se contaminen con la hipocresía farisaica, ellos siguen agobiados por la baguette. Y Jesús se enfada.
¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?
Deja de agobiarte por las cosas de este mundo. Preocúpate sólo de ser santo, y Dios se ocupará de ti. A Él no se le olvida que necesitas pan.
(TOP06M)