Jesús y la opinión pública

almas sencillasDebe ser eso a lo que llaman «opinión pública», es decir, lo que opina el público, lo que dice la gente de uno. Y la opinión pública decía de Jesús: ¿No es el hijo del carpintero?

Tiene gracia que el Hijo del Creador haya sido conocido por la opinión pública como «el hijo del carpintero». Eso convierte a José en reflejo de Dios, y la carpintería en pequeño reflejo del Cosmos. «Por la carpintería la gloria entera pasa», reza el himno de la Liturgia de las Horas.

Dice José a Jesús: «Hagamos una silla», como dijo el Padre al Hijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza». Y el Verbo a cuya imagen y semejanza fue el hombre creado crea una silla para que el hombre fatigado encuentre reposo.

Y, al final, la obra maestra del Hijo del carpintero la llevó a cabo, muerto ya José, tallando con su cuerpo el Crucifijo. Y nuestro trabajo, a través de José y de Jesús, se incorpora a ese crucifijo y a la obra redentora de quien hizo, de la carpintería, un reflejo del Cosmos.

¿Qué dirá de nosotros la opinión pública? Ojalá dijera que somos dignos discípulos del tallador de crucifijos.

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