Hacer milagros y salvar almas

diez leprososUn amigo mío dice que eso de hacer milagros está «chupao». Lo difícil es salvar almas.

Tiene toda la razón. Para hacer milagros sólo hace falta fe. Si, según nos dice el Señor, con fe le ordenas al monte que se plante en el mar, el monte te obedece y se pega un baño en la playa de Torrevieja. Pero si, con fe, le dices a un pecador que se confiese, y al pecador no le da la gana de acudir al confesonario, tendrás que entregar hasta la última gota de sangre y llorar hasta la última lágrima por ese hombre. Es más fácil mover un monte que mover un alma.

¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero? Ahí tienes la prueba: diez milagros y una sola conversión. Para sanar la lepra de aquellos hombres, Cristo sólo necesitó su poder. Para poner de rodillas a los nueve que se volvieron a casa a jugar al futbolín sin ni siquiera dar las gracias al Médico, tuvo Jesús que morir en una cruz.

Dios ha hecho muchos milagros contigo. No le pongas difícil salvarte.

(TOI32X)