La Resurrección del Señor

Viernes de la 30ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo impar) – Espiritualidad digital

El asno de Dios

Cuando Jesús curó en sábado al enfermo de hidropesía, los fariseos se escandalizaron. ¡Cómo se atreve! Y Jesús, entonces, los tocó donde más les dolía. La ley de Moisés prohíbe trabajar en sábado, pero… ¿A quién de vosotros se le cae al pozo el asno o el buey y no lo saca enseguida en día de sábado?

Y eso que no podían decir: «Bueno, yo saco del pozo al asno y ya me confesaré», porque tampoco había confesonarios. Lo sacaban, y punto. No iban a perder el asno por un escrúpulo moral.

Claro que eso lo hacían si era su asno el accidentado. Si se trataba del asno del vecino, la moralidad no admite componendas: «Lo siento, me gustaría ayudarte a sacar el asno, pero no me lo permite mi religión; es sábado».

Me gusta pensar que soy el asno de Dios. Y que Cristo se ha saltado el sábado para bajar al pozo en que me sumieron mis pecados y sacarme de allí. Voy a dejarme sacar, me dejaré querer por Él en mi miseria, y Él me alzará en la Cruz y me redimirá.

Y ojalá, en adelante, acabe yo también considerando a cada hombre como algo mío.

(TOI30V)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad