La Resurrección del Señor

Viernes de la 26ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo impar) – Espiritualidad digital

Las primeras gotas del cáliz

Ante la visión de Corozaín, Betsaida y Cafarnaún, la angustia oprimió el pecho de Jesús.

¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido… Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo.

Estamos ante el preludio de Getsemaní, cuando nuestro Salvador padeció pavor y angustia. Ante aquellas ciudades, Jesús bebía las primeras gotas del cáliz que apuraría sobre la Cruz. El siguiente trago lo probaría poco antes de su Pasión, al llorar sobre Jerusalén. En la cima del Gólgota, ya no serían cuatro ciudades, sino la Humanidad entera. El Señor contemplaría cómo los hombres nos precipitábamos en la condena por nuestra dureza de corazón, por no escuchar sus palabras ni obedecerlas, y sentiría por nosotros la angustia de una madre que ve cómo su hijo se despeña en el abismo. Es viernes.

No inflijamos más dolor al corazón de Cristo. Escuchémosle, convirtámonos. Sabes muy bien a qué me refiero.

Y si queremos acompañarlo, hagamos nuestra esa angustia santa por tantos que se pierden a nuestro lado. Recuerda el grito de la Virgen en Fátima. Pidamos celo de almas.

(TOI26V)

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