Ya sé que se celebra de noche, pero nadie debería perderse la Vigilia Pascual. Cuando uno se pierde la Vigilia Pascual le pasan cosas como las que les sucedieron a los de Emaús.
Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. La historia que cuentan es lo que se llama una visión plana de los hechos. Vienen a explicar que el paso de Jesús por la línea del tiempo ha terminado. Y es verdad. Además, no ha respondido a ninguna de las expectativas relativas al Mesías: no ha resuelto ningún problema. Conclusión: estos dos se habían perdido la Vigilia.
La suerte es que Jesús se la celebró en diferido. Les leyó todas las lecturas del Antiguo Testamento, se las explicó, y partió para ellos el pan. El cirio pascual era Él, y los corazones de aquellos dos se encendieron como candelas.
Entonces se dieron cuenta: Jesús ha resucitado, ha escapado del tiempo y ha dejado abierta la brecha para que también nosotros tengamos vida eterna. Volvieron cantando el Aleluya.
(TP01X)