La Resurrección del Señor

Miércoles de la 25ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo impar) – Espiritualidad digital

Las dos chaquetas

El verano ya es Historia. Y, con septiembre, llegaron las lluvias, los aires y el fresco de las mañanas de otoño. Hay que ponerse una chaqueta… Y entonces, miro el armario, y digo: «¡Ay de mí! Tengo dos chaquetas».

No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco tengáis dos túnicas cada uno.

Supongo que la chaqueta equivale a la túnica, ¿no? Más o menos. Pero me he tranquilizado. Cuando salgo a la calle y voy de camino, o cuando salgo de viaje, nunca me llevo las dos chaquetas. Están bien para el armario, pero de camino me basta con una. Si llevara las dos sudaría, y se me haría pesado andar. Necesito ir ligero.

Dios necesita que yo vaya ligero. Tengo que saber soltar lo que no me hace falta. Nada debe servirme de lastre ni de tropiezo.

¿Qué me hace falta? En realidad, me hace falta Cristo. Me abrazaré a Él fuertemente. Todo lo demás me sobra. Me sobran, incluso, las dos chaquetas. Llevaré puesta una por si acaso, pero, si me la quitan, con tal que no suelte a Cristo todo va bien. Pasaremos frío juntos. Su frío me dará calor.

(TOI25X)

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