La Resurrección del Señor

Lunes de la 24ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo impar) – Espiritualidad digital

Aunque no somos dignos…

familiaFijaos qué delicadeza tuvo Jesús con aquel centurión. Los ancianos de los judíos pretendían recomendarlo diciendo: Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga. ¡Como si alguien, con su afecto y su dinero, pudiera merecer el favor de Dios! El centurión era más sensato, sabía que no era digno: No soy digno de que entres bajo mi techo. Dilo de palabra y mi criado quedará sano. Jesús, entonces, se admiró de la fe de aquel hombre. Y, sin entrar en su casa, le concedió cuanto pedía en consideración a aquella fe.

Considerad ahora cómo Jesús nos trata a nosotros mejor que a aquel centurión, aunque quizá no tengamos la misma fe. También nosotros, en cada misa, decimos: «No soy digno de que entres en mi casa». Pero Jesús, no obstante, entra en nosotros convertido en Pan de vida. Y nos sana por dentro, nos conforta y alimenta. Por eso, aunque no somos dignos, proclamamos: «Nos haces dignos de servirte en tu presencia».

No dejes de dar gracias después de cada misa. Mira que has recibido mucho. No salgas corriendo, aunque el sacerdote te diga: «Podéis ir en paz». Quédate unos minutos.

(TOI24L)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad