La Resurrección del Señor

Lunes de la 23ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo impar) – Espiritualidad digital

El mismo día, la misma iglesia, la misma hora, la misma misa

Es curioso cómo, en la misma iglesia, el mismo día, a la misma hora y en la misma misa, una persona puede salir feliz del templo y otra disgustada. Ya se ve que no todo es para todos.

El mismo sábado y la misma sinagoga. Se encuentra allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Jesús, ante la mirada atónita de los fariseos, lo cura, y aquel hombre sale de allí con la felicidad de quien ha recibido una vida nueva. Los fariseos, sin embargo, indignados porque Jesús había curado en sábado, ciegos por la cólera, discutían qué había que hacer con Jesús.

El mismo día, la misma iglesia, la misma hora, la misma misa… Un hombre acude al templo como enfermo que suplica ser sanado. Llega antes de la misa y confiesa sus culpas. Recibe la absolución de manos del sacerdote, participa después en la misa y comulga. Sale de allí feliz, como muerto que ha vuelto a la vida. Otro hombre llega con el tiempo justo, mira el reloj cuatro veces durante la homilía, y se escapa del templo apenas recibe la bendición despotricando de lo mucho que ha durado la misa.

No es lo mismo, ¿verdad?

(TOI23L)

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