La Resurrección del Señor

Lunes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo impar) – Espiritualidad digital

Lazos rotos

Era su pueblo, el lugar donde vivió su adolescencia y había trabajado de joven. Allí vivía su madre, y aquel sábado por allí estaba. Pero, después de que Jesús hiciera la lectura del profeta y dirigiera la palabra a sus vecinos, ellos, los que habían jugado y trabajado con Él, se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.

Jesús no volvió por allí en toda su vida pública. El P. Brukberger, en su libro «La Historia de Jesucristo», comentando este pasaje dice que hay lugares a los que uno no debe volver jamás. Y tiene razón. La melancolía, la mirada atrás, es una rémora para quien sigue a Cristo.

Entiendes entonces por qué decía el Señor que había venido a enemistar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra. Conforme sigues a Jesús, constantemente estás rompiendo lazos y creando otros que después también se rompen. El corazón sangra, pero el lazo no puede convertirse en cadena. El único al que te aferras es el que te une a Él.

(TOI22L)

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