La Resurrección del Señor

Lunes de la 19ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo impar) – Espiritualidad digital

La moneda escondida en el pez

Hay quien espera hasta el último día para pagar sus impuestos. Jesús debía ser de ésos, porque los recaudadores estaban nerviosos.

¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Pedro los tranquilizó: . Y, a partir de ese momento, todo podía haberse resuelto en dos minutos: llega Pedro a casa, Jesús saca el monedero, le da dos dracmas a Simón y que le traiga el resguardo para que no le molesten más… Pero no.

Ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.

Eso es ponerlo difícil. O decirnos algo a todos. Porque, desde los primeros siglos, a Cristo, que multiplicó los peces junto a los panes, se lo representó como un pez. Él es el Pez que siempre pica, que se deja encontrar por quien lo busca. Y, cuando lo encuentras, la Iglesia lo abre para ti y saca una moneda de sus entrañas, de su carne: la sagrada Hostia. Con esa moneda pagas tu deuda, porque es viático que te llevará al cielo. Y pagas también por Él, porque tu vida queda convertida en ofrenda del Hijo de Dios.

(TOI19L)

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