La Resurrección del Señor

26º Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A) – Espiritualidad digital

Cuando tu señor es tu Padre

La parábola de los dos hijos enviados a la viña tiene algo especial. Jesús pronunció muchas parábolas sobre el trabajo de administradores, viñadores y labradores enviados por sus amos. Pero en esta parábola es un padre quien envía a sus hijos a trabajar.

Hijo, ve hoy a trabajar a la viña.

Le llama «hijo», y se lo pide con cariño. Cuando el hijo responde: Voy, señor, pero no va, el padre no se enfada ni se encara con él. En otras parábolas, el dueño castiga a sus empleados infieles. Aquí el padre no exige, quiere ser obedecido por amor.

Luego está el primer hijo. Ha respondido: No quiero, y el padre tampoco se ha enfadado con él. Pero, seguramente vencido por la mansedumbre de su padre, finalmente obedece.

Los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Ellos, como este hijo, vieron en Cristo a un Dios que los amaba, aún en su pecado. La misericordia los convirtió.

Por último, estamos tú y yo. Dios no nos va a obligar a servirlo. Pero meditemos en el Amor con que nos llama, y en el bien que supone servir a tal Padre… ¿quién podrá resistirse?

(TOA26)

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