La Resurrección del Señor

Viernes de la 20ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo par) – Espiritualidad digital

Ley antigua, ley nueva

Los judíos habían escuchado miles de veces los mandamientos que hoy recita ante ellos Jesús: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente… Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Y, sin embargo, en labios del Hijo de Dios, estos mandamientos se convierten en una ley nueva. Y adquieren brillos y resonancias que jamás imaginaron los escribas y fariseos.

Porque, una vez que Jesús pronuncia el mandamiento, amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente es amarlo a Él mismo, a Cristo. Como tantas veces en el evangelio de Juan, en este pasaje del evangelio de Mateo Jesús está pidiendo ser amado incondicionalmente, con amor rendido. No ha habido, en toda la Historia, ningún ser humano que se haya atrevido a gritar que la salvación del hombre consiste en amarlo a él. Jesús, sin embargo, lo ha hecho. Y ha dicho la verdad. Es sobrecogedor.

En cuanto a amar al prójimo como a uno mismo, dicho por Jesús es un anticipo del mandamiento nuevo. Porque Él nos ha enseñado a amarnos a nosotros mismos con el mismo Amor con que nos ama.

(TOP20V)

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