La Resurrección del Señor

29 abril, 2024 – Espiritualidad digital

La fe de los sencillos

Quienes se exprimen las meninges intentando desentrañar los misterios de la Fe no consiguen más que un dolor de cabeza. Pensar es bueno, razonar es saludable; nada de cuanto nos anuncia la Fe contradice a la razón. Pero a las verdades más sublimes de Dios no se llega escalando los arduos escalones del razonamiento, sino descendiendo por esos dulces peldaños de la sencillez que conducen a la contemplación.

Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Un niño que ve el mar por primera vez y se queda boquiabierto ante su grandeza ¿ha llegado a la playa mediante silogismos, o ha sido llevado por su padre mientras él dormía en el asiento trasero del coche? Su asombro ¿es fruto de una cansina actividad mental, o es, simplemente, el éxtasis de quien se siente pequeño ante una belleza inabarcable?

Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Creo haberlo escrito hace poco. Si quieres conocer al Padre, déjate abrazar por el Hijo y, desde ese palco, deja escapar un balbuceo: «Abbá».

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