Los cuentos y la Verdad

El genio de la lámpara, el hada madrina, los duendes y los magos… La literatura está llena de figuras que, con su aparente omnipotencia, remedian de una forma más o menos simpática la impotencia del hombre. Sin realizar el más mínimo esfuerzo, con un chasquido de dedos o un movimiento de la varita mágica, ellos le obtienen todo lo que él no puede alcanzar.

Si el Evangelio fuera un cuento, Jesús sería un mago. Pero, como el Evangelio es el relato del acontecimiento más grande de la Historia, en sus páginas no hay lugar más que para la verdad, muy distinta de los cuentos. El mejor resumen del pasaje que hoy meditamos, en el que Cristo pasa entre los hombres sanando enfermedades, se encuentra en la cita final: Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.

Cristo no es un hada madrina. Cada curación, cada absolución, cada bautismo, cada misa le han costado toda su sangre. Para librarnos del pecado y de la muerte, Él ha tenido que sufrir nuestras culpas y morir en una cruz. No lo olvidemos. Quien, antes de pecar, piensa: «No importa, luego me confieso», olvida que esa absolución no le saldrá gratis… al Señor.

(TOI12S)