El templo construido por Herodes era de una belleza espectacular. Las gentes que acudían hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos. Jesús, viendo aquellos rostros de admiración, dijo a los suyos: Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida.
Recuérdalo, si quieres ser sabio.
Cuando veas una flor hermosa, recuerda que pronto estará seca y sepultada en la basura.
Cuando te fascine un cuerpo joven y hermoso, recuerda que pronto será viejo y lo llevarán en silla de ruedas.
Cuando contemples maravillado un amanecer, recuerda que pronto anochecerá.
Cuando disfrutes de una obra de arte, recuerda que, tras mucho disfrutarla, te cansará.
¿Existe algo sobre la tierra que no canse, una luz que no se apague, una hermosura que no llegue a aburrir? Por lo que yo sé, existe. Llevo muchos años celebrando misa todos los días, y cada vez la disfruto más. Si esto sigue así, acabaré por reventar de gozo.
¿Existe algo sobre la tierra que no se mueva, que no se caiga, que permanezca en pie mientras todo se desmorona? Sin duda: la Cruz. Quien se abrace a ella se salvará.
(TOI34M)