La Resurrección del Señor

Fiesta de san Lorenzo (mártir) – Espiritualidad digital

Plegaria para cobardes enamorados

¿Vosotros os atrevéis a pedirle cruz al Señor? Yo, francamente, no me atrevo. Me da miedo que, si me concede lo que le pido, después no pueda cargar con el peso y tuviera que decirme: «¡Me lo pediste tú!». Puedo admirar esas cartas de santa Teresa en las que dice al Padre Gracián que, puesto que lo quiere tanto, ha pedido al Señor cruz para él… Pero, por si acaso rezáis por mí, preferiría que me quisieran de otra forma. No soy santa Teresa.

Por otro lado, sé que no puedo limitarme a rezar y aplaudir a los santos desde el patio de butacas o el banco de la iglesia. Si quiero ser santo –¡y quiero!– debo entregar la vida. Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo. ¿Qué haré, entonces?

Lo que ya hago. No me siento capaz de pedir al Señor cruz, pero hay una oración que brota de mí por sí sola: «Señor, quiero estar contigo. Donde Tú estés, quiero estar yo». El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor. No miraré si es la Cruz o el Tabor. Te miraré sólo a Ti.

(1008)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad