La Resurrección del Señor

28 octubre, 2023 – Espiritualidad digital

Como a ti mismo: la escalera de la caridad

Me explicó un religioso agustino los cuatro grados de la caridad: Amar al prójimo como a uno mismo, amar al prójimo como a Cristo, amar al prójimo como Cristo lo ama, y amar al prójimo como se aman entre sí las tres Divinas Personas. Estos cuatro grados forman una escalera por la que debemos ir ascendiendo.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Jesús muestra el primer peldaño de la escalera. Si no lo conquistamos, no podremos alcanzar los otros tres. Pero ¿cómo amará al prójimo como a sí mismo quien no se ama a sí mismo?

Hay gente que no se quiere nada. A veces te das cuenta por cómo van vestidos (o desvestidos), o por cómo se maltratan concediéndose todos los caprichos. En otros casos, por la rabia con que hablan de sí mismos en el confesonario. No se acusan, se abroncan. Si viven a disgusto consigo mismos. ¿Cómo amarán a los demás?

Por eso creo que, en el suelo, antes del primer peldaño, se encuentra el amor de Dios. Conoce primero cómo Dios te ama, y aprende a amarte a ti mismo así. Después podrás amar al prójimo y emprender el ascenso por esa divina escalera.

(TOA30)

En lo alto de un monte

En lo alto de un monte ofreció Abrahán a su hijo en sacrificio. En lo alto de un monte recibió Moisés las Tablas. También en lo alto de un monte obtuvo Moisés la victoria frente a Amalec. En lo alto de un monte ofreció Cristo su sacrificio redentor.

Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles. En lo alto de un monte nombró Jesús apóstoles a los Doce. Allí nos llama también a nosotros, no te extrañe que el camino de la oración y la entrega se te haga «cuesta arriba». Tienes que dejar abajo a las criaturas y ascender, porque la cima de un monte, donde cielo y tierra se juntan, es el lugar del sacrificio y la oración, de la soledad con Dios.

Se paró en una llanura…  y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos. En la llanura eres curado, en lo alto del monte eres herido. Allí, junto a María, al pie de la Cruz, están los predilectos del Señor.

(2810)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad