La Resurrección del Señor

30 septiembre, 2023 – Espiritualidad digital

Cuando tu señor es tu Padre

La parábola de los dos hijos enviados a la viña tiene algo especial. Jesús pronunció muchas parábolas sobre el trabajo de administradores, viñadores y labradores enviados por sus amos. Pero en esta parábola es un padre quien envía a sus hijos a trabajar.

Hijo, ve hoy a trabajar a la viña.

Le llama «hijo», y se lo pide con cariño. Cuando el hijo responde: Voy, señor, pero no va, el padre no se enfada ni se encara con él. En otras parábolas, el dueño castiga a sus empleados infieles. Aquí el padre no exige, quiere ser obedecido por amor.

Luego está el primer hijo. Ha respondido: No quiero, y el padre tampoco se ha enfadado con él. Pero, seguramente vencido por la mansedumbre de su padre, finalmente obedece.

Los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Ellos, como este hijo, vieron en Cristo a un Dios que los amaba, aún en su pecado. La misericordia los convirtió.

Por último, estamos tú y yo. Dios no nos va a obligar a servirlo. Pero meditemos en el Amor con que nos llama, y en el bien que supone servir a tal Padre… ¿quién podrá resistirse?

(TOA26)

Don torpe del volante

¿Qué sientes cuando conduces por una carretera en la que está prohibido adelantar, y vas detrás de don «torpe del volante», que circula a 20 kms/h? La ansiedad se dispara, hasta que ves cerca tu desvío y sueñas con abandonar esa carretera y olvidarte de él. Pero, al llegar al desvío, don torpe del volante te persigue por delante (rima), y se desvía también por allí… ¡Otros ocho kilómetros detrás de él! Bueno, no voy a ensañarme, porque reconozco que, a veces, soy yo el de delante. Pero, ¿a que fastidia sentir que estás en manos de otra persona, y que no puedes hacer lo que quisieras porque dependes de él?

El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Esto son palabras mayores, y que se arrodille don torpe del volante. Porque el propio Dios encarnado, rey de reyes, que podría controlar a la Humanidad entera, se ha entregado rendidamente a los hombres, y los hombres lo hemos clavado en una Cruz. Y se entrega en manos de los sacerdotes en la Eucaristía, y en la vuestras cuando comulgáis…

¿De verdad nos vamos a enfadar cuando sintamos que nuestras vidas están en manos de otros?

(TOI25S)

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