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Viernes de la 31ª semana del Tiempo Ordinario (Ciclo par) – Espiritualidad digital

El pícaro aliviador

De los fariseos decía Jesús que lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros (Mt 23, 4). Poco tendría que ver con aquellos «celosos» cumplidores de la ley el administrador injusto de la parábola. Pero habrá que decir, en favor de este pícaro, que al menos procuró aliviar las cargas de quienes sufrían el peso de sus deudas.

– ¿Cuánto debes a mi amo? – Cien barriles de aceite. –Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta.

No es mala estrategia. El propio Cristo, que no era administrador sino Amo, y no era injusto sino santo, sobre la Cruz la consagró, llevándola al extremo. Desde lo alto del Calvario nos fue llamando, como llama el pastor a sus ovejas, y nos dijo:

– ¿Cuánto debes a mi Padre? – Le debo las penas del infierno, merecido por mis pecados. – Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lc 23,24). Toma tu recibo; no debes nada; hoy estarás conmigo en el paraíso (Lc 23, 43).

A Él le pido que seamos nosotros, también, alivio para las cargas de los hombres. Lo seremos si llevamos noticia de la misericordia de Dios a quienes están hundidos bajo el peso de sus culpas.

(TOP31V)

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