La Resurrección del Señor

Martes de la 4ª semana de Pascua – Espiritualidad digital

En la vida y en la muerte, somos del Señor

¿Sabes lo que es el éxtasis? No pienses en fenómenos extraordinarios que, aunque los haya de cuando en cuando, no te darán la definición. Literalmente, «éxtasis» significa salir de uno mismo. Cuando el ser amado te roba el corazón, entonces te saca de ti mismo, te expropia dulcemente y pasas a ser suyo; le perteneces. Eso es éxtasis. San Lucas dice que, en Antioquía, por vez primera llamaron a los discípulos «cristianos». Cristiano es quien pertenece a Cristo. Hace falta un éxtasis para eso.

Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Somos las ovejas del buen Pastor; le pertenecemos, nos ha robado el corazón y nos ha comprado con su sangre. Por eso, no somos dueños de nuestras vidas, sino que caminamos junto a Él y hacemos sus obras. Si tan sólo lo siguiéramos, podríamos perdernos. Pero, si somos suyos, entonces estamos protegidos por Él, y ni todos los demonios juntos podrán apartarnos de su lado.

Recuérdalo, para que tengas paz: Si tú no quieres apartarte de Jesús, nada te apartará de Él. Ni tus miserias.

(TP04M)

No temas, eres mío

En cada misa, antes de comulgar, el sacerdote pronuncia secretamente una oración que concluye con estas hermosas palabras: «Jamás permitas que me separe de ti». Ese anhelo no es exclusivo de los sacerdotes. Todos los cristianos deberíamos implorar esa gracia cada día.

Y la respuesta del Señor también debería proporcionarnos un gran consuelo: Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.

En esos momentos en que la vida se ve agitada por tantas tentaciones y contratiempos, deberíamos traer a la memoria estas palabras del buen Pastor: Nadie las arrebatará de mi mano. Con ellas nos dice: «No temas, tú eres mío. Llevas grabado mi sello como lleva grabado la oveja el sello del pastor. Eres cristiano, yo te he redimido, y no permitiré que te separen de mí. Podrás tambalearte, a veces te parecerá que estás a punto de caer, y yo permitiré todo eso para tu bien, para que seas humilde. Pero si te abrazas a mi cuerpo como un niño asustado, si no dejas de rezar y de comulgar, permanecerás siempre a mi lado».

Amén.

(TP04M)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad