El mayordomo de los muertos

Lo peor de la hipocresía es que es un pecado mayordomo de otros pecados: los viste, los perfuma y los adereza para que puedan entrar de tapadillo en el banquete de las virtudes.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muertos.

Pecados, por desgracia, tenemos todos. Pero mientras los veamos como enemigos, luchemos contra ellos y los odiemos más que a la misma muerte, nos salvaremos, a pesar de nuestras caídas. El problema viene cuando pactamos y decidimos convivir con ellos. Ya no nos preocupa caer, lo único que nos preocupa es que se note. Entonces contratamos al mayordomo, a la hipocresía, y ella viste nuestra vida con apariencia de virtud.

De la virtud, el hipócrita sólo quiere eso, la apariencia, mientras que del pecado quiere la paga. Por eso está podrido por dentro, por eso no podrá ver a Dios, por eso tomará como enemigos a los profetas que le levanten el faldón y le muestren su podredumbre.

Cuidaos mucho de pactar con el pecado. Mientras luchéis, aunque caigáis, vuestro corazón estará limpio. Pero si pactáis… ¡Ay de vosotros!

(TOI21X)