La Resurrección del Señor

Lunes de la 1ª semana del Adviento – Espiritualidad digital

Subamos al monte del Señor

Confieso que el pensamiento de la muerte me produce, no miedo, sino pánico. Será porque soy humano y he sido creado para vivir, no para morir. Pero siempre que he estado en Jerusalén el miedo se ha desvanecido. Me parece que, si muriera allí, alcanzaría la gloria de inmediato. Ese lugar es el vértice del cielo, la cima donde tiempo y eternidad se juntan. Siempre he pensado que, cuando el Señor vuelva, Jerusalén será el emplazamiento perfecto, la primera fila.

Y es que el comienzo del Adviento es como un ángel tocando la campana en lo alto de un monte, y llamando a todos los pueblos a reunirse allí para aguardar a Cristo.

Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. El centurión de quien nos habla hoy el evangelio era romano, pero acudirán también a esa llamada habitantes del Orbe entero.

No podemos ir ahora a Jerusalén. Ni falta que hace. Recógete en el centro de tu alma, y congrega en lo alto de ese monte al pensamiento, a la mirada, al corazón, a todas tus potencias y sentidos. Allí está a punto de venir el Señor.

(TA01L)

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