El espíritu de Judas
¿De verdad pensáis que fue por dinero?
Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?» Ellos se ajustaron con él en treinta monedas de plata.
¡Qué va! Para empezar, la traición de Judas no fue un arrebato de un momento. Se fraguó poco a poco, en el horno de la deslealtad. Ya tras el discurso del Pan de vida, sabemos que el corazón del Iscariote estaba podrido: ¿Acaso no os he escogido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo (Jn 6, 70).
Judas estaba dentro, en el colegio apostólico, pero su corazón estaba fuera. Si traicionó a Jesús, no fue por dinero; fue porque no lo soportaba, le había juzgado en su interior mil veces. Y el escándalo que el discurso del Pan de vida provocó en muchos anidó también en su corazón, aunque con una diferencia: él no se marchó, se quedó en el grupo de Jesús, y así introdujo a Satanás en el colegio apostólico.
El espíritu de Judas vuelve a la Iglesia cuando un cristiano reniega del Papa o siembra la desconfianza sobre él. Estemos vigilantes.
(XSTO)