Libros de José-Fernando Rey Ballesteros

julio 2025 – Página 5 – Espiritualidad digital

¿Dónde te habías metido, alma de cántaro?

apóstol santo tomásPero ¿dónde estaba este hombre?

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.

¿Dónde se había metido Tomasito en el día más grande de la Historia de la Humanidad? Se había ido a su casa, como los de Emaús. Había roto con los hermanos, no tenía esperanza alguna. Y, por apartarse de los hermanos, se privó de aquella aparición en el cenáculo. Imagino a Juan y Andrés buscándolo, ¿habéis visto a Tomás? ¿Ha pasado por aquí? ¿Alguien sabe algo?

Cuando lo encontraron ya era tarde, porque quizá era miércoles o jueves. Y le dijeron: Hemos visto al Señor. Pero su corazón estaba endurecido: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.

Es maravilloso ver cómo, al domingo siguiente, los hermanos habían acogido de nuevo en el cenáculo a Tomás con la alegría del padre del hijo pródigo. Y entonces vino el Señor, y el corazón rebelde se derritió.

Recuérdalo: A Cristo lo encontrarás en el seno de la Iglesia. Si rompes con tus hermanos, lo pierdes a Él.

(0307)

Tu verdadero enemigo

¿Eran dos, o era uno? No lo sabemos, san Mateo ve doble algunas veces. San Marcos y san Lucas hablan de un endemoniado en Gerasa. San Mateo cuenta dos. En los otros evangelios, Jesús pregunta a los demonios por su nombre. En san Mateo, apenas hay diálogo. Jesús sólo pronuncia un monosílabo: Id.

Da igual. Lo que importa es que es la mera presencia de Jesús la que hace huir a los demonios. Igual que ayer su mera presencia, aun dormido, gobernaba los vientos y las olas, hoy basta una palabra suya para liberar a los endemoniados. Y tanto ayer como hoy aprendemos que nada debe temer quien tiene consigo a Cristo.

Explicaba yo a unos niños cómo la vela del bautismo representa la luz del alma en gracia. Y les advertía que esa llama puede apagarse. Un niño levantó la mano y dijo: «Es verdad. Porque viene el demonio y sopla».

Respuesta incorrecta. Ni todos los demonios del infierno soplando juntos pueden robarte la gracia de Dios. Por eso, nada tienes que temer.

El único que puede apagar la vela de tu bautismo eres tú. Con el soplo del pecado. He ahí tu verdadero enemigo. Guárdate de ti mismo.

(TOI13X)

Según el horario previsto

¡Cuántas veces tendrá Jesús que decirnos lo mismo!

¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?

Pero, por más que nos lo diga, no acabamos de aprender. Como les sucedió a los apóstoles durante aquella tormenta, a menudo sentimos que las aguas nos tragan, que hemos perdido el control de la pequeña barca que es nuestra vida, que las olas nos sacuden hasta el vértigo y nos puede la angustia. Entonces clamamos al Señor desesperados y Él, sereno, nos vuelve a decir:

¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?

Una vez más, habíamos olvidado que no nos corresponde llevar el control, que la barquichuela la dirige Él, incluso cuando está dormido. ¿Cómo haces, Jesús, para guiar la barca mientras duermes? Dímelo, para que no vuelva a tener miedo.

«En mi vigilia gobierno desde la tierra. En mi sueño gobierno desde el cielo. Porque, cuando duermo, sueño con mi Padre. Y tú soñarías conmigo si también supieras dormir. Ten calma».

Dice san Pablo que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien (Rom 8, 28). Deberíamos grabarlo en piedra y mirarlo quince veces por minuto: Todo marcha según el horario previsto. El horario previsto por Dios.

(TOI13M)

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