Libros de José-Fernando Rey Ballesteros

24 julio, 2025 – Espiritualidad digital

Santiago «el mayor»

Aquí en España (no sé si también en Hispanoamérica) lo llamamos «Santiago el mayor». El otro, pobrecito, ha quedado como Santiago «el menor». Y eso que era primo de Jesús. Pero igual era bajito.

Habrá que reconocer que consiguió lo que quería. O, al menos, lo que quería mamá: Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Quería que su hijo fuera «grande», y ahí lo tenemos. No grande, sino «el mayor».

El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor. En lo que mamá se equivocaba era en el camino. Quería que su hijo alcanzara la grandeza con una vicepresidencia del gobierno supuestamente instaurado por Jesús. Pero Cristo no instauró ningún gobierno terrenal.

Cristo reina desde esa cruz en la que se hizo el último de los hombres. Y Santiago es «el mayor» porque fue el primero entre los apóstoles en unirse a esa cruz y derramar su sangre por Él.

Ojalá desprecies los honores terrenos y aspires tú también a esa grandeza. Ojalá te apresures a hacerte el último allí donde estés. Ojalá encuentres la dicha en un abrazo amoroso a la Cruz.

(2507)

Jesús de lejos, Jesús de cerca

Perdonad que vuelva a hablar de la horrorosa megafonía de mi parroquia. Me acuerdo del papa Francisco, porque llevo casi un año predicando para las periferias. Es un efecto curioso: los de cerca no oyen nada, sólo el eco; los del último banco, sin embargo, se enteran de todo. Quizá tenga que ser así. A menudo, los de los últimos bancos son los más necesitados de predicación.

Es que mi parroquia no es normal. Lo normal es al revés: que los de cerca se enteren de todo y los de lejos pierdan el sonido. Así le sucedía también al Señor:

A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no.

Quienes eran meros «oyentes» del discurso no se enteraban de las parábolas. Eran los de cerca, los apóstoles, quienes entendieron, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer (Jn 15, 15).

A cambio, a los de lejos Jesús les curo a los enfermos y les multiplicó los panes. Los de cerca pasaron hambre y murieron mártires. Porque Jesús, si estás lejos, te salpica. Si estás cerca, te quema.

Tú eliges. Pero elige con cuidado.

(TOI16J)

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