La Resurrección del Señor

19 de diciembre – Espiritualidad digital

Mirar tinieblas y escuchar silencios

Fijar la mirada en las tinieblas es como escuchar el silencio. Aparentemente, nada hay que mirar, nada que escuchar. Pero, en ocasiones, las tinieblas muestran y los silencios hablan. La oscuridad del horizonte cuando está a punto de amanecer, y el silencio de quien te mira con cariño y está abriendo los labios son dos promesas capaces de captar toda tu atención.

«¿Qué están mirando María y José?», me pregunta, extrañado, un niño de mi parroquia ante el Misterio navideño, porque mantenemos vacío el pesebre hasta la noche del 24. Le respondo que miran el pesebre vacío, miran tinieblas y escuchan silencios, porque están esperando a que el Hijo de Dios, el Verbo divino, se pose allí.

Así se cumplen las palabras del ángel: Para convertir los corazones de los padres hacia los hijos. En José y María está la Humanidad mirando al lugar donde nacerá el Salvador.

Fíjate, también, en Zacarías: Te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda. Dios lo mantuvo escuchando silencios hasta poco antes de que Él pronunciara su Palabra.

Así será la oración en estos días. Miremos tinieblas, escuchemos silencios, esperemos el inminente cumplimiento de las promesas. Calla y contempla.

(1912)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad