San Romualdo y los monjes
San Romualdo se convirtió tras haber cometido un crimen. Contempló cómo su padre asesinaba a su tío sin hacer nada por impedirlo. Y, arrepentido de su pecado, ingresó en un convento. Los monjes que componían la comunidad de aquel convento le habían entregado al Señor su «sí» varios años atrás. Y cuando vieron que aquel joven converso se tomaba en serio la regla monástica y procuraba en verdad ser santo, se volvieron contra él, llenos de envidia, lo apalearon y lo quisieron tirar desde la azotea.
Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue.
En ocasiones, quien dijo «no» a Dios se convierte a Él, y quien dijo «sí» ha dejado de servir a su Señor. Aquellos monjes aburguesados se negaron a aprender del joven postulante recién convertido.
Pero lo mismo hubiera podido sucederle a Romualdo si, movido por el mal ejemplo de aquellos monjes, se hubiese vuelto como ellos.
Fácilmente el «sí» se vuelve «no» cuando no estamos vigilantes.
(TA03M)











