El Verbo inefable
Filósofos y teólogos han escrito muchas páginas sobre el empleo por parte de san Juan de la palabra griega «Logos». En español lo traducimos «Verbo».
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Pero, si quisiéramos resumir, diríamos que san Juan lo llama «Verbo» porque en Él nos habla Dios.
Has leído en los evangelios los discursos de Jesús, y conoces cada una de sus palabras. Pero Juan no se refiere a eso. Eso son los verbos del Verbo. El Verbo es Él. Él es la Palabra que te está diciendo Dios. Es niño, aún no habla, pero Él mismo es una palabra, una palabra que te dice Dios.
¿Y qué te dice? Si pudiera expresarse en lenguaje humano, Dios te habría escrito un libro. Y te lo escribió. Pero, cuando quiso decirte todo, te envió a su Verbo.
Lo siento, no te lo puedo resumir. Ni tampoco podrás tú cuando lo entiendas. Míralo, mira al Niño Dios y déjalo entrar, mira también al Crucifijo y escucha.
Y no me insistas en que te lo explique. Porque me obligarías a decir que es un «te quiero». Pero es mucho más.
(3112)











