El camino hacia el Camino

Busca las vidas de los santos. Léelas todas, si quieres, y dime si existe un solo santo en el santoral que no haya amado tiernamente a la Virgen. No lo encontrarás, te lo aseguro. Porque ella es la reina de los santos, y el más dulce camino hacia el Camino.

He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Con esta expresión nos iluminó la senda hacia la santidad. Porque Cristo es la Palabra, y esa Palabra es nuevamente gestada en el alma del cristiano por la contemplación de los misterios de su vida.

Él es también el Camino. Y, por eso, en el Rosario la Virgen es camino hacia el Camino. Cada vez que, mientras desgranas las cuentas y rezas las avemarías, vas contemplando los misterios, de la mano de María te vas sumergiendo en Cristo y Cristo, alumbrado por ella, se va sumergiendo en ti. Y poco a poco, rosario a rosario, la Palabra se va haciendo verdad en tu corazón y en tu vida.

No dejes de rezarlo. Rézalo cada día. Y mantén, mientras lo rezas, la mente en el misterio. Deja que la Virgen vuelva a dar a luz a Cristo en ti.

(0710)