Tan cerca está que no lo vemos
A aquellos fariseos les sucedía lo que a mí cuando voy a la compra; pero, en su caso, el problema era bastante más grave. Yo voy al supermercado y me vuelvo loco buscando los cacahuetes. Miro estante por estante, y no los encuentro. Por fin aparece un empleado, y le pregunto: «¿Dónde están los cacahuetes?». Entonces extiende la mano, y los señala justo frente a mí. ¿Cómo es posible que nos los hubiera visto? ¿Tan ciego estoy? No me lo explico.
¿Cuándo va a llegar el reino de Dios? ¡Pero si lo tenéis delante! Está ahí mismo, hablando con vosotros. El reino de Dios está en medio de vosotros. Pero no lo veis. ¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos (Lc 19, 42).
Que no nos suceda como a ellos. Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis. Que no nos pase desapercibido lo que no vemos, lo que está en medio de nosotros. No vayamos a quejarnos como si Dios nos hubiese olvidado, cuando está tan cerca que hasta a la vista escapa. Lo ve la fe.
(TOI32J)











