Libros de José-Fernando Rey Ballesteros

Domingo de la Divina Misericordia (Ciclo B) – Espiritualidad digital

El síndrome de Hiro Onoda

¡Pobre Tomás! Me he acordado de Hiro Onoda. ¿Sabéis quién era? Era un japonés que no se enteró de que había terminado la segunda guerra mundial, y estuvo atrincherado, defendiéndose de los supuestos enemigos, hasta 1974. ¡Casi treinta años! Lo de Tomás duró menos: una semana temiendo a un enemigo ya derrotado.

Si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. Hay casos peores que el de Tomás y el de Onoda. Dos mil años han pasado desde que fue derrotada la muerte y se abrieron los cielos, y muchos siguen viviendo como quienes, por miedo a la muerte, pasan la vida como esclavos (Heb 2, 15). No han creído la predicación, siguen atrincherados, temiendo a un enemigo ya vencido.

¿Te lo digo otra vez? Cristo ha resucitado, la muerte ha saltado en mil pedazos. No tengas miedo a «perder el tiempo» rezando, que lo ganas en eternidad. No tengas miedo a entregarte a los demás, que recuperarás con creces lo entregado. No tengas miedo a perdonar, que serás perdonado. No tengas miedo a quedar mal por Dios, que Él te ensalzará.

Terminó la guerra. La ganamos.

(TPC02)

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