He leído «El loco de Dios en el fin del mundo», de Javier Cercas. Me encanta como escribe Cercas. Pero me da pena. Está convencido de que el cristianismo trata de la resurrección de la carne y la vida eterna. Y no trata de eso, aunque lo incluye. El cristianismo no es una vía para eludir la angustia de la muerte; quizá por eso algunos dicen que el cristianismo no es una religión. El cristianismo trata de Cristo, es un encuentro gozoso y una unión amorosa con Él. Cristo no es el vendedor de entradas para el cielo. Él es el cielo.
Si la Iglesia suprimiera el precepto dominical, me pregunto cuántos volverían a misa el domingo siguiente. Sólo quienes disfrutaran. Quienes dejaran de venir serían aquéllos que iban a misa para ir al cielo, y ahora les han bajado el precio.
Estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. No es la amenaza de un padre a su hijo: «No dejes de estudiar, que puedo entrar en tu habitación en cualquier momento». Significa: «Aprended a disfrutar de mi Amor, porque vendré a daros un abrazo y ¿cómo lo recibiréis si no me amáis?»
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