¿Dónde te gustaría que te encontrase el Señor cuando vuelva sobre las nubes? Quizá me digas que orando ante un sagrario. Pero no sabemos cuándo será la hora, y no puedes pasar el día dentro de la iglesia. Tienes una familia, y un trabajo, y unos amigos. Es allí donde debes entregar la vida.
Curiosamente, cuando el Señor habla de su segunda venida, no menciona a quienes están en el templo en ese momento, sino a dos mujeres que están trabajando, haciendo la labor de cada día:
Estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán.
Pili y Mili están haciendo lo mismo en el mismo lugar. ¿Por qué se salva una y se pierde la otra?
Te lo diré. Pili ha comenzado el día ofreciendo a Dios su jornada. Ha orado, se ha encontrado amorosamente con Él. Y, mientras trabaja, prolonga su oración entregando al Señor la tarea diaria y convirtiéndola en ofrenda; por eso no se queja del cansancio. Mili trabaja sólo para ganar dinero, y mientras muele va despotricando de lo duro que es su trabajo.
Al final, no se trata de dónde estarás tú, sino de dónde está tu corazón.
(TOI32V)

















