María y el Cantar de los Cantares

Si queréis conocer a María Magdalena, la encontraréis en el Cantar de los Cantares. Ese libro es todo suyo. Y de Cristo.

En mi lecho, por la noche, buscaba al amor de mi alma; lo buscaba, y no lo encontraba. «Me levantaré y rondaré por la ciudad, por las calles y las plazas, buscaré al amor de mi alma» (Ct 3, 1-2).

Es fuerte el amor como la muerte, es cruel la pasión como el abismo; sus dardos son dardos de fuego, llamaradas divinas. Las aguas caudalosas no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos (Ct 8, 6-7).

He gastado mucho espacio en citas, pero vale la pena. No hay comentario mejor. Porque si María, en ese domingo de aparente derrota, madruga, sale de casa, llora, deja atrás a los mismos ángeles y se echa a morir junto a un sepulcro, no lo hace sino movida por el amor. Un amor apasionado, inconmensurable, que quizá nació el día en que Jesús arrojó de ella a siete demonios. De otros ha arrojado setenta, y se conforman con un padrenuestro por las noches y la misa del domingo.

Aprende de ella. No te quedes a distancia. Abrásate en amor de Cristo.

(2207)