El apagavelas

Ha sido una afrenta, ha sido un error. Una afrenta orquestada y un error intencionado. Lo peor es que nosotros nos hemos dejado convencer. Nos han metido en el cerebro, a través de las pantallas, la idea de que la religión forma parte de la intimidad de la persona y hablar públicamente de Dios es, cuando menos, una descortesía. Expresiones antes tan comunes como «si Dios quiere» o «gracias a Dios» han sido borradas del lenguaje público. Sabes lo que es un apagavelas, ¿verdad? Esa caperuza sujetada con un palo con la que apagamos las velas en las iglesias. Pues esa pretendida «esfera de la intimidad» con que quieren cubrir la religión es un apagavelas. Quieren apagar la llama del cristianismo alma por alma.

Debemos rebelarnos, sacudirnos esos respetos humanos y hablar abiertamente de Cristo, sin miedo. Sobre todo, en las conversaciones entre amigos, en las mismas en las que se habla sin rubor de fútbol o de política. Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.

La verdadera fe nos quema. No podemos callar. No somos individuos con convicciones íntimas, sino lámparas llamadas a iluminar la tierra.

(TOI25L)