 ¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida? (Por cierto, me alegro por ti si sabes responder a esa pregunta, yo no la sé responder). Vuelve a ese momento, recuerda la inmensa alegría que te embargaba… Y ahora déjame decirte que eso no es nada en comparación con lo que te tiene reservado Dios.
¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida? (Por cierto, me alegro por ti si sabes responder a esa pregunta, yo no la sé responder). Vuelve a ese momento, recuerda la inmensa alegría que te embargaba… Y ahora déjame decirte que eso no es nada en comparación con lo que te tiene reservado Dios.
Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
«Bienaventurados» es más que contentos, más que alegres, más que felices… Es la palabra que emplea la Iglesia para expresar lo inefable. Por eso, si me pides que lo defina, no puedo definirlo. Nadie puede. Es lo que experimentan los santos en el cielo.
Tú no estás llamado a disfrutar de una buena siesta. Ni a acumular una fortuna. Ni a gozar del cariño de aquellos a quienes amas. Tú estás llamado a la santidad, a la bienaventuranza, al cielo. Dios te ha creado para el cielo, no para la tierra. Por eso, no te entierres. No permitas que la tierra secuestre tus ojos. Levanta la mirada, que vas de camino. ¡Mira al cielo!
Y si, por llegar allí, tienes que renunciar a cualquier gozo terreno… ¡Vale la pena!
(0111)
 














 
 
 
 
 
 
 
 