Libros de José-Fernando Rey Ballesteros

5 septiembre, 2025 – Espiritualidad digital

Lo que siempre es nuevo

En los labios de Jesús (y después, en la pluma de san Pablo) las palabras «nuevo» y «viejo» tienen un significado especial, que no coincide con el que le damos en el lenguaje coloquial.

Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.

En esta frase, «nuevo» no significa «no estrenado». Por ejemplo, una persona puede ilusionarse con un automóvil de alta gama recién comprado. Lo ve reluciente, se asombra ante el alarde de tecnología del salpicadero y se emociona con el confort de los asientos. Pero Jesús le diría que está poniendo su ilusión en algo viejo; una riqueza que, si se convierte en el tesoro del hombre, lo lleva a la muerte, la gran vieja de la Historia.

Sin embargo, el sagrario de una iglesia que cuenta ya más de seiscientos años sigue siendo el odre nuevo del nuevo vino. Allí está la vida que nunca envejece y que rejuvenece el alma hasta la eternidad.

Los fariseos no entendieron que Cristo traía algo nuevo, una gracia que no caduca ni envejece ni muere. Esa gracia nos alegra el corazón. De ella vivimos.

(TOI22V)

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad