Libros de José-Fernando Rey Ballesteros

septiembre 2025 – Página 5 – Espiritualidad digital

El tono de tu voz

¿No os hubiera gustado oír hablar a Jesús? A mí sí. Me hubiera encantado saber cómo modulaba las palabras, cómo ponía el alma en cada sílaba, cómo impostaba la voz para dar vida a los personajes de sus parábolas, cómo a veces reía mientras hablaba y otras se esforzaba por contener la emoción. La gente sencilla debía pasarlo muy bien escuchándole.

Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad. ¿Vosotros creéis que entendían al Señor? Yo creo que la mayor parte del discurso se les escapaba, estaba fuera de su alcance. Era la voz lo que les cautivaba, en ella estaba su autoridad.

Tampoco las ovejas entienden lo que dice el pastor, y sin embargo le obedecen al escuchar su voz. Esa voz las hace sentir, a la vez, gobernadas y amadas.

Pero la hemos perdido. La recuperaremos en el cielo, cuando llegue la resurrección. Entre tanto, algunos que suben a proclamar las lecturas en misa estarían mejor en la consulta de un logopeda. Y otros en el teatro.

Aunque no entendáis las palabras de Jesús, saboreadlas por dentro. Quizá así, aunque no llegue al oído, os acaricie el alma el tono de su voz.

(TOI22M)

Queréis caramelos

Te traigo joyas. He gastado cuanto tenía en comprártelas. Y, cuando llego a ti, me pides caramelos. Te muestro los diamantes, los brazaletes de oro, los collares de perlas que tanto me han costado, y los desprecias. No los quieres. Tú quieres caramelos. Me haces pensar si me valió la pena empobrecerme por ti.

¡Y no queréis venir a mí para tener vida! (Jn 5, 40). Así llora Jesús en el evangelio de Juan. Y así lloró por dentro en Nazaret.

Sin duda me diréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo», haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafar­naún.

Queréis venir a mí, pero no para tener vida. Queréis venir a mí para que haga en Nazaret más milagros que en Cafarnaún y poder presumir ante ellos. Queréis venir a mí para que sane a vuestros enfermos y os multiplique panes y peces. Pero no queréis venir a mí para tener vida. No queréis salvaros. Os traigo joyas, y queréis caramelos.

No buscáis el Amor. Queréis serviros de la religión para prosperar en esta vida. Y después encontraros con vuestros abuelos en un cielo que no es el mío.

Me hacéis llorar.

(TOI22L)

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